Ubicado en Gotemburgo, Suecia, este piso de 60m2 destaca por la amplitud de dos de sus espacios más vividos como son el salón y el dormitorio, y que entre ambos se llevan las dos terceras partes del total de espacio disponible. Esta amplitud, junto con algunos detalles recuperados del piso original construido en 1903, aportan a la vivienda un carácter único y especial que nos cautiva.
HALL DE ENTRADA
El hall es un espacio muy bien aprovechado con un generoso armario de puertas correderas que nos da la bienvenida. Nos gusta especialmente el suelo de madera lijado a su estado original, barnizado posteriormente, y sobre el que se ha dispuesto una exótica alfombra de motivos gráficos en blanco y negro.
COCINA
Se accede directamente desde el hall de entrada y cuenta con un amplio y funcional mobiliario en color blanco que contrasta con la encimera negra. La pared de la zona de trabajo se ha recubierto con gresite en un tono gris, a tono con la cerámica del suelo.
SALÓN
El cuarto social por excelencia, el salón, cuenta con un espacio bastante grande que permite la convivencia de un buen sofá y una mesa de comedor sin que el lugar se vea en absoluto abarrotado. Además, la gran altura del techo de unos 3 metros, junto con los amplios ventanales, hacen que la habitación se vea más amplia y luminosa.
Algunos acabados como los rodapiés y las molduras de techo conservan el encanto de principios del siglo pasado y le aportan al espacio un toque nostálgico, realzado más si cabe, por el espejo de gran formato con marco tallado y dorado, que además añade calidez y cierto grado de sofisticación.
DORMITORIO
Abundante espacio también el del dormitorio. Con 20 m2, el espacio permite hacer la triple función de zona de descanso, vestidor y zona de trabajo con una pequeña mesita con vistas a un acogedor patio interior.
Como elementos decorativos, destaca el papel pintado imitación caña de madera que destacan sobre el impoluto enlucido de yeso y que no hace otra cosa que aportar mayor calidez al ambiente. El guiño de glamour lo pone la lámpara de araña de cristal, rompiendo con la sobriedad imperante en todo el ambiente.
Desde el dormitorio se accede también a un pequeño balconcito con vistas a un patio interior que es un lugar ideal para desayunar y comer en los calurosos días de verano por su favorable orientación.
Sin duda, este piso es un ejemplo de cómo se puede combinar la sencillez y funcionalidad del estilo escandinavo con pequeños elementos más vistosos y llamativos sin que el resultado se vea antinatural. A nosotros particularmente nos encanta, ¿y a ti? ¿Eres de los que se atreve a mezclar estilos? Si es así te invitamos a darte de alta en CasasQInspiran y mostrarnos el resultado de tus experimentos.
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